Conversaciones sobre música ofrece una panorámica de las ideas musicales más relevantes del célebre y controvertido director.
Mauro Sarquis

Daniel Barenboim observaba en Wilhelm Furtwängler dos facetas bien definidas de su práctica orquestal: mientras que en los conciertos dirigía, a todas luces y frente al público, el Furtwängler “poeta”, en los ensayos, en cambio, el artista expresivo cedía la batuta al “filósofo”. Si el primero de ellos se encuentra presidido por una afamada obra fonográfica, el segundo, en cambio, sólo es accesible a través de una modesta producción teórica de menor visibilidad. De todos sus escritos, acaso uno de los más reconocidos sea Gespräche über Musik (Zúrich: Atlantis, 1948), que reúne seis entrevistas y un breve y polémico ensayo sobre la música tonal y atonal. A partir de la edición relanzada por F. A. Brockhaus, Acantilado ha publicado la primera traducción al castellano de Conversaciones sobre música, permitiéndonos echar una mirada panorámica a las ideas musicales más relevantes del célebre y controvertido director.

Dedicadas a dilucidar diferentes aspectos de la relación entre la obra de arte musical, el intérprete y el público, las respuestas de Furtwängler a su interlocutor, el crítico Walter Abendroth, gravitan en torno a un presupuesto heredado de la estética musical del romanticismo alemán: la escisión entre el núcleo expresivo de la obra, profundamente ligado a la subjetividad del artista, y los elementos técnicos de la composición. Desde esta perspectiva, Furtwängler impugna a lo largo de las conversaciones la ineficacia emocional de los abordajes compositivos e interpretativos que dan mayor preponderancia a lo técnico que a lo expresivo y reivindica los intentos por recoger y reproducir el contenido “espiritual” de la obra de arte mediante una búsqueda que tiene entre sus guías más importantes a la improvisación.
Sin duda el capítulo más interesante es la coda sobre el atonalismo, donde el director alemán pone de manifiesto sus reservas frente a la vertiente propiciada por Arnold Schönberg. En el contexto del escaso interés –cuando no de abierta antipatía– que el público en general muestra por esta deriva de la nueva música, el centro neurálgico de la crítica consiste en que el punto de partida del atonalismo no es la necesidad expresiva y orgánica del “alma humana”, sino una mera e intelectualista reforma de los medios expresivos. La falta de recepción se explica, para Furtwängler, mediante un llamativo argumento biologicista: la música atonal no se corresponde adecuadamente con la “constitución orgánico-biológica del hombre” porque no tiene la capacidad de expresar las dos modalidades vitales del tiempo, la tensión y la relajación. En abierta oposición a lo que habría de sostener por entonces un entusiasta de las nuevas corrientes de vanguardia como Theodor W. Adorno (quien, por su parte, siempre mostró un marcado respeto por el trabajo orquestal de Furtwängler) el sistema tonal es pensado aquí como el resultado histórico de una necesidad expresiva interna, no porque sus reglas provengan de leyes positivas de la naturaleza, sino más bien porque emanan de una legalidad expresiva del espíritu.
Conversaciones sobre música es un umbral al Furtwängler de los ensayos orquestales, al estilo claro y acompasado de una reflexión que contrasta sugerentemente con la forma extática de dirección manifiesta en los registros audiovisuales (moviéndose como una “marioneta en la cuerda”, en palabras del violinista Hugh Bean). Dado que los diálogos tuvieron lugar en la Berlín de 1937, hubiera sido interesante que esta edición contextualizara las ideas estéticas del director en el marco de su controvertida relación con el nacionalsocialismo, puesto que ello podría echar luz sobre el problema del vínculo entre compositor y sociedad (tema del capítulo 6) y sobre segmentos argumentales esgrimidos contra la música contemporánea. Con todo, la obra alcanza a dar una imagen cabal del músico y de sus ideas estéticas, muchas de las cuales encuentran desarrollo y continuidad en Sonido y Palabra (Barcelona: Acantilado, 2012), complemento indispensable para conocer a fondo la producción ensayística de uno de los directores más importantes del siglo XX.
