“Consejos para cuando viajes al espacio”, una propuesta disparatada y encantadora de Darío Rojo y Mario Varela.

VICTORIA D’ARC

Viajar se ha vuelto una fantasía. Eso lo sabemos. En un contexto como este Consejos para cuando viajes al espacio se vuelve un regalo hermoso: un artefacto lúdico, disparatado y encantador para grandes y chicos. Lo bueno que dos poetas como Darío Rojo y Mario Varela se propongan escribir un libro como este es que la propuesta trasciende el género en múltiples sentidos, a partir de una sensibilidad delirante que retoma el formato de las célebres guías de viajes que todos conocemos. Con alucinantes ilustraciones de Natalia Jankowski, la propuesta se asemeja al tono de las Lonely Planet y empuja a pensar cómo serían los agujeros de gusano, cómo son los cines de la luna, qué se puede comer durante un viaje interespacial o cómo desatar guerras intergalácticas. La clave es dejarse sorprender. La explosión de colores y diagramación del libro es una invitación para que el mismo libro se vuelva una exploración: uno descubre un camino que no es lineal y está lleno de sinuosos bosques de palabras, ideas, historias. Cada página expande los sentidos del texto y de la fantasía.

Tan sólo un ejemplo es “El planeta equivocado”. La página recuerda que no podés dejar de visitar este lugar porque “la sensación de caminar por el Planeta Equivocado es inolvidable siempre y cuando todo salga bien y no tengas problemas. Porque en este planeta todo es muy parecido a la tierra pero muy distinto. Por ejemplo, si alquien dice: Quiero una torta con relleno de kinoto, entonces a uno le dan jugo de papaya. Si uno pide en un restorán un medallón de carne, viene un taxi y te lleva a los lagos dorados de la zona sur.” Sobre ese juego de confusiones trabajan muchos de los textos: circunstancias absurdas, leyes de la física dadas vuelta.

Entre varios aspectos destacables del libro está la parodia de los mass media y esta intención de que el lector se extravíe en sus páginas y empujar a que la lógica se desbarate. Si acaso el nombre de esta flamante editorial (Cúmulus Nimbus) proviene del vocabulario de las nubes hay algo del carácter misterioso y fascinante de este tipo de fenómenos que logra percibirse en su primer título. Un paisaje encantador que detonará, de un momento a otro, en una tormenta de ideas. “Darío y Mario se conocen hace años y coinciden en escribir para niños. El entrenamiento poético les da otra libertad y otro juego sumado a que Darío es un consumado experto en robótica y tecnologías aplicadas con las que experimenta en su tallercito en Duggan, provincia de Buenos Aires, y que Mario no pierde las esperanzas de ser astronauta, entrena y estudia matemáticas todas las mañanas”, dice Vanina Colagiovanni, una de las editoras del sello, que surge con la idea de editar libros de narrativa para tres públicos: las infancias (Colección Nieve), jóvenes (Colección Lluvia) y para adultos (Colección Rayo). Vendrán más sorpresas: En la colección Lluvia publicarán Romero & Julieta y yo, de Paula Prengler, una novela sobre una adolescente a la que mandan a leer la obra de Shakespeare para dar lección en el colegio y la historia de amor se va entrelazando con su propia vida, con su mamá que está enferma y con otras historias de amor, con el relato de sus padres y una historia muy conmovedora de su abuelo en la Europa ocupada por los nazis. Asimismo, en la colección Rayo, dirigida a los adultos, se despacharán con 17 sílabas, un libro de cuentos de Hisaye Yamamoto con traducción de Martín Felipe Castagnet. Sería la primera vez que se traduzca al español este libro de la escritora japonesa norteamericana, que habla del guetto japonés post segunda guerra mundial en Estados Unidos.

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